Ante el auge de los productos ecológicos pueden surgir dudas sobre su verdadero valor. Pero
los estudios sobre sus beneficios para la salud dan cada vez más argumentos a sus defensores, a quienes también mueven motivos éticos, sociales y medioambientales.
La producción ecológica responde a la demanda de alimentos naturales y sanos.
Según una encuesta realizada para el gobierno español,
el consumidor medio de productos ecológicos es joven, con hijos, una formación superior a la media y le interesa el efecto de los alimentos sobre su salud. Por eso busca alimentos con aval ecológico y si es posible producidos en su entorno. Los prefiere a los preparados o de marca conocida.
Sin embargo, aún son pocas las personas que conocen todas las ventajas de estos alimentos.
1. No contienen plaguicidas
Es la ventaja más obvia.
La agricultura convencional recurre a más de 400 plaguicidas, la mayoría de los cuales son probados alérgenos, neurotóxicos y cancerígenos.
La mitad de las frutas y hortalizas que se consumen contienen algún residuo.
2. Más vitaminas y minerales
Las frutas y hortalizas ecológicas son más ricas en nutrientes.
Un estudio financiado por la Unión Europea entre 2004 y 2009 midió hasta un 90% más de vitamina C en frutas y hortalizas.
Un equipo de la Universidad de Valencia halló en las verduras ecológicas una mayor concentración nutritiva: 25% más de potasio en lechugas, 14% más de calcio en tallos de hinojo, 16% más de hierro en judías, 20% de más de vitamina C en el zumo de naranja y 10% más en el pimiento verde.
Estas cifras se explican por las diferencias en los fertilizantes utilizados, la composición del suelo y la cosecha no prematura.
No obstante, aún hay expertos que no lo reconocen amparándose en estudios contradictorios.
3. Gran poder antioxidante
Muchos vegetales aportan sustancias químicas que, sin ser nutrientes, poseen efectos antioxidantes saludables.
La mayoría son flavonoides o ácidos orgánicos que las plantas crean para protegerse del sol o las plagas. En el cuerpo humano, estos compuestos actúan contra los radicales libres, que pueden dañar las células y favorecer el desarrollo de tumores.
4. Ingerir menos aditivos
Los alimentos bio solo pueden contener unos cuantos de los más de mil aditivos que usa la industria alimentaria: aditivos a base de extractos naturales.
En cambio, la industria alimentaria convencional dispone de un arsenal para mejorar el sabor, la apariencia y la textura de los productos, alargar su conservación y abaratar costos. Lo que podría parecer una ventaja no lo es tanto, pues muchos aditivos están bajo sospecha de tener efectos negativos sobre la salud, desde reacciones alérgicas e irritaciones hasta alteraciones del comportamiento como la hiperactividad infantil.
5. La salud de los niños
Muchas personas se inician en la alimentación ecológica al tener su primer hijo, pues tienen como prioridad ofrecerle alimentos menos contaminados y más puros.
El organismo de los niños es mucho más vulnerable a los tóxicos, sobre todo a los que afectan a los sistemas reproductor, nervioso e inmunitario.
De hecho,
esta vulnerabilidad ya existe en la gestación, por lo que las futuras madres también debieran planteárselo.
FUENTE: Univadis. Noticias Médicas, 2 de marzo de 2017. © 2013 Elsevier Ltd.