El gigante farmacéutico suizo Novartis TOKYO-AG se enfrenta a un problema creciente en Japón, su segundo mercado, donde los investigadores han retirado estudios que promovieron los beneficios del medicamento más popular de la compañía.
Dos estudios realizados por la universidad sobre investigaciones patrocinada por Novartis descubrieron que se habían alterado los datos y sus resultados fueron inexactos.
Novartis niega su participación en las supuestas distorsiones de investigación, y defiende la eficacia de su exitoso medicamento para el corazón Diovan.
Al menos ocho hospitales japoneses han dicho que van a dejar de prescribir el medicamento a raíz de la polémica. “Es moralmente problemático seguir usando un medicamento cuyos efectos han sido cuestionados”,
escribió un director de un hospital de Tokio en una declaración pública.
LAS RETRACTACIONES DE ARTÍCULOS DE MEDICINA CLÍNICA MANIPULADOS O FALSIFICADOS ESTÁN AUMENTANDO EN TODO EL MUNDO
“Pedimos disculpas por haber causado una situación que podría socavar la confianza en la investigación clínica que los médicos realizan en Japón y por promocionar Diovan citando investigación defectuosa»,
dijo Yoshiyasu Ninomiya, presidente de la filial japonesa de Novartis en una conferencia de prensa reciente.
En los EE UU, el escándalo de la investigación parece haber tenido un impacto limitado. Los cardiólogos dicen que Diovan se utiliza mucho para reducir la presión arterial y para tratar a pacientes con insuficiencia cardíaca que han sobrevivido a un infarto de miocardio. “No hay ninguna razón para dejar de administrar este medicamento a los pacientes que se pueden beneficiar de él”, dijo Steven Nissen, jefe de medicina cardiovascular de la Clínica Cleveland.
La FDA dijo que Diovan, también conocido como Valsartán (nombre genérico), se ha utilizado para tratar a millones de pacientes en los EE UU durante más de 15 años. “El medicamento tiene un buen perfil de seguridad y eficacia”, dijo Erica Jefferson, portavoz de la FDA. “La agencia no ha detectado ningún problema nuevo de seguridad con este fármaco.”
Novartis empezó a comercializar Diovan en Japón en el 2000 como un fármaco para reducir la presión arterial, y
posteriormente lo promovieron para otros usos, como la reducción del riesgo de accidentes cerebrovasculares y la insuficiencia cardíaca, en base a estudios realizados por cinco universidades japonesas.
Sin embargo, el año pasado algunos investigadores independientes desafiaron públicamente esos resultados.
Durante el último mes,
dos universidades repudiaron los estudios después de que las investigaciones concluyeran que los datos habían sido “manipulados”, poniendo en duda las afirmaciones sobre los múltiples beneficios de Diovan.
La investigación de una universidad señaló que
por sí solos los datos de los ensayos clínicos no mostraron una reducción en el riesgo cardiovascular.
Otra investigación dijo que
los datos de los niveles de presión arterial probablemente habían sido alterados durante la fase de análisis estadístico del estudio.
Las universidades dijeron que sus investigaciones no llegaron a conclusiones firmes acerca de quién alteró los datos.
Las otras tres universidades japonesas que realizaron estudios con Diovan también han iniciado una investigación pero todavía no la han terminado. Este mes el Ministerio de Salud también puso en marcha su propia investigación.
El problema de Novartis en Japón surge en un momento en que está aumentando en todo el mundo el escrutinio sobre la veracidad de la investigación médica.
Según Thomson Reuters Web of Science, un índice de revistas revisadas por pares, el año pasado, fueron retractados 415 artículos que se habían publicado en revistas científicas, mientras que en 2002 solo se retractaron 46.
“Las retracciones de los artículos de medicina clínica están aumentando en todo el mundo”, dijo Tetsuya Tanimoto, investigador visitante en la Universidad del Instituto de Ciencias Médicas de Tokio. “Desde el año pasado, en Japón ha habido un aumento de problemas de manipulación que han acaparado titulares a nivel internacional”, dijo.
El escándalo de las investigaciones de Diovan también
pone de relieve las carreras para crear y comercializar medicamentos estrella (blockbuster) que pueden tratar más de una dolencia.
“Los medicamentos no se venderán si se trata sólo de reducir la presión arterial”, dijo Iwao Kuwajima, presidente de la Organización Japonesa de Evaluación y Revisión de la Investigación Clínica. “Ha habido una fuerta competencia [entre los fabricantes de medicamentos] para demostrar que además prevenían los accidentes cerebrovasculares y los ataques cardíacos”.
Eric Althoff, portavoz de Novartis en Basilea, la sede de la farmacéutica, dijo que la empresa defiende los beneficios de Diovan para la salud, citando investigaciones indiscutibles que llegaron a conclusiones similares en ensayos realizadas en otros 25 países, incluyendo los EE UU.
Novartis dijo que en los estudios japoneses había un “conflicto de interés”, que se debería haber revelado, pero no se hizo, “lo que fue inapropiado”.
Sabía que uno de sus empleados había participado en los cinco estudios, sin embargo, cuando aparece su nombre en los artículos publicados, solo se identificó como profesor en la Universidad de la Ciudad de Osaka, donde tenía un trabajo a tiempo parcial. Este empleado participó en el análisis estadístico de los dos estudios, y gestionó la presentación de los datos, el diseño de la investigación y la gestión de los otros estudios, según un panel de Novartis.
Novartis dijo que el empleado dejó de trabajar voluntariamente en mayo cuando terminó su contrato. No fue posible ponerse en contacto con él.
NOVARTIS NIEGA LA MANIPULACIÓN O FALSIFICACIÓN DE DATOS, PERO RECONOCE «CONFICTOS DE INTERÉS»
En un correo electrónico en respuesta a preguntas del Wall Street Journal, el Sr. Althoff dijo que no había evidencia de “manipulación intencionada o falsificación de datos” por el ex empleado.
El cuestionamiento de estos estudios surge cuando el laboratorio suizo está experimentando una caída del 28% en las ventas a nivel mundial tras la caducidad de la patente de Diovan en Europa en el 2011 y un año más tarde en los EE UU. Las ventas de Diovan en Japón, donde la patente expira a finales de este año, representaban alrededor de una cuarta parte de las ventas globales del medicamento, que ascendieron a US$4.400 millones en 2012.
Se estima que 40 millones de japoneses han sido diagnosticados con hipertensión arterial, por lo que el mercado de medicamentos para tratar ese padecimiento es uno de los más grandes y más competitivos,
dijo el Sr. Kuwajima. Según los reguladores, además de Diovan, por lo menos otros seis medicamentos para la presión arterial conocidos como bloqueadores de los receptores de la angiotensina o ARA II, están disponibles en el mercado japonés.
La polémica sobre estas investigaciones ha desatado críticas de Novartis en Japón. La emisora nacional NHK emitió un programa de 26 minutos titulado “El medicamento sospechoso,” que relataba cómo había ocurrido la manipulación de datos.
El diario de mayor distribución en Japón, el Yomiuri Shimbun, publicó una editorial cuestionando si hay “vínculos demasiado íntimos” entre Novartis y un profesor que dirigía algunos de los estudios.
Varios hospitales han dicho en las últimas semanas que dejarían de prescribir el medicamento a sus pacientes.
“Hay pocas razones para prescribir valsartán cuando hay varios otros fármacos similares”, escribió Makoto Takagi, Director del Hospital Central de Tokio Saiseikai, en un comunicado con fecha de 22 de julio de 2013. Asimismo, en julio, el Grupo Hakuhohai, que opera seis hospitales en el oeste de Japón y Tokio, dejó de usar Diovan, citando “razones morales”.
ORIGINAL: © Wall Street Journal, 11 de Agosto de 2013. FUENTE Y TRADUCCIÓN: Saludyfarmacos.org