La Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) ha reconocido hoy mismo que
el bisfenol A (BPA) es una sustancia muy preocupante debido a que tiene la capacidad de alterar el sistema hormonal en los seres humanos [1].
Este es un gran paso hacia la protección de la salud de los europeos e ilustra la necesidad de acelerar el ritmo de identificación y regulación de los disruptores endocrinos en toda la Unión Europea. La decisión fue adoptada por unanimidad en el seno del Comité de la ECHA, que se reunió esta semana en Helsinki [2].
Francia había propuesto que el BPA,
que ya había sido clasificado como tóxico para la reproducción [3], se incluyera en la lista de sustancias altamente preocupantes (SVHC) de la ECHA, por ser un disruptor endocrino y con otros efectos sobre la salud, ya que interfiere en el normal desarrollo de las glándulas, en las funciones cognitivas y en el metabolismo [4].
Natacha Cingotti, responsable de las políticas de Salud y Sustancias Químicas, de la Alianza de Salud y Medio Ambiente, dijo:
“Los productos químicos que alteran el sistema hormonal, como el bisfenol A, son uno de los desafíos para la salud humana de nuestro tiempo. Son motivo de preocupación porque alteran el sistema hormonal en los seres humanos y es de vital importancia reducir progresivamente la exposición de las personas a esta sustancia”.
El informe, muy bien documentado y estructurado, fue preparada por Francia, y sirvió de base para intensos debates en el Comité de los Estados miembros [4]. Era fundamental establecer unos criterios claros de identificación de los disruptores endocrinos (EDC), algo que puede servir también en las discusiones paralelas que se llevan a cabo en el contexto de la ley sobre los plaguicidas [5].
“Aunque los efectos adversos del BPA están muy bien documentados, las dificultades para que fuese reconocido como un disruptor endocrino nos recuerda la importancia de establecer unos criterios claros sobre los EDC que sirvan de guía en el Comité sobre Plaguicidas de la UE, que se reunirá en las próximas semanas. Instamos a que Francia mantenga esta línea de establecer unos criterios sólidos, rechazando la actual propuesta que se discute en el contexto de la ley sobre plaguicidas, y que otros países parecen dispuestos a seguir”, agregó Natacha Cingotti.
Antecedentes
El bisfenol A (BPA) es un producto químico utilizado en la producción de los plásticos de policarbonato y los revestimientos de las latas de aluminio en las que se envasan alimentos y bebidas.
Se considera que altera el sistema hormonal y
las evidencias muestran que el BPA puede tener consecuencias adversas para la salud reproductiva, el sistema nervioso, el sistema inmunológico, e incluso para el riesgo de cáncer (por ejemplo, cáncer de mama), así como para el metabolismo y la salud cardiovascular [6].
Hasta ahora la UE sólo lo había reconocido como una sustancia muy preocupante por sus efectos sobre la reproducción.
ORIGINAL Y REFERENCIAS: Health and Environment Alliance. Helsinki/Bruselas, 16 de junio de 2017.