Opinión convencional: el consumo de sodio causa presión arterial alta y enfermedades del corazón, por lo que debemos comer menos sal.
Opinión actual: los azúcares agregados son más responsables de la presión arterial alta y de las enfermedades del corazón, por lo que deberíamos reducirlos en lugar del sodio.
La presión arterial alta, o hipertensión, es la causa principal de muerte en hombres y mujeres: las enfermedades del corazón.
Los estudios han demostrado que reducir el sodio puede ayudar a controlar la presión arterial, y
desde finales de la década de 1970, el gobierno y los médicos han predicado prescindir de la sal para reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.
Pero sorprendentemente, reducir solo el sodio no es tan efectivo como se pretende para bajar la presión arterial.
«La ingesta de sodio es solo uno de los factores en la hipertensión arterial crónica, y para la mayoría de las personas no es necesariamente un factor importante», dice Hillel Cohen, co-editor ejecutivo de American Journal of Hypertension y profesor de epidemiología clínica y salud de la población en el Albert Einstein College de Medicina.
Según Cohen,
la mayoría de los ensayos clínicos muestran que eliminar 1.000 miligramos de sodio de la alimentación, una cantidad relativamente grande, da como resultado tan solo una pequeña caída en la presión arterial.
Eso es en parte porque diferentes personas probablemente reaccionan al sodio de diferentes maneras.
«Durante mucho tiempo ha habido consenso entre los especialistas en hipertensión de que algunas personas, pero no todas, son ‘sensibles a la sal’ «, dice Cohen. Entonces, realmente, relativamente pocos de nosotros vemos beneficios significativos en la regulación de la presión arterial al reducir la sal.
Incluso podemos estar yendo demasiado lejos al centrarnos en la dieta baja en sal. Actualmente, las Pautas Dietéticas para los Estadounidenses del USDA recomiendan consumir no más de 2.300 miligramos, o 1 cucharadita del café, de sal por día. La American Heart Association nos da un máximo de 1.500 miligramos diarios.
Pero
un informe del Instituto de Medicina de 2013 encontró evidencia insuficiente para apoyar la restricción del consumo de sodio por debajo de 2.300 miligramos por día para prevenir enfermedades cardiovasculares en la población general.
En cambio, la atención debe centrarse en otro cristal blanco.
«Cuando pensamos en la enfermedad cardíaca y en la presión arterial alta, hemos sido entrenados para creer que el principal villano de la dieta es la sal, cuando en realidad es el azúcar»,
dice James DiNicolantonio, un científico de investigación cardiovascular del St. Luke’s Mid America Heart Institute en Missouri y editor asociado de la revista Open Heart.
DiNicolantonio recientemente coescribió una revisión de estudios, publicados en la revista, sobre los efectos de la sal y el azúcar en la presión arterial alta y las enfermedades cardiovasculares.
El azúcar agregado, como la que abunda en los alimentos procesados, no es un nutriente necesario como el sodio.
La revisión de DiNicolantonio señala que
el consumo de bebidas endulzadas con azúcar, una de las fuentes de azúcar agregada más populares, aumenta los niveles de presión arterial y se asocia con una mayor incidencia de hipertensión.
De manera más alarmante,
las personas que obtienen al menos el 25 por ciento de sus calorías diarias de azúcar agregada, o sea, el 13 por ciento de la población de los EE. UU., tienen casi tres veces más probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares que las que obtienen sólo el 10 por ciento de las calorías de las cosas dulces.
Cohen, que no participó en la revisión, explica que
el azúcar y la hipertensión probablemente están relacionados, en gran parte, por el exceso de calorías y el aumento de peso.
Después de todo, el sobrepeso es un factor de riesgo para la presión arterial alta. (Cuanto más pesa, más sangre necesitan sus tejidos para mantener los niveles de oxígeno y nutrientes. El aumento en el volumen de sangre tiende a ejercer más presión sobre las paredes vasculares).
DiNicolantonio agrega que
el exceso de azúcar provoca la retención de líquidos, lo que también aumenta el volumen sanguíneo: volumen y presión, mucho más que exceso de sal.
Entonces, en lugar de obsesionarse con el salero,
es posible que mejoremos nuestra salud más al reducir los alimentos endulzados junto con las bebidas azucaradas, colocándolos en la parte superior de la lista.
AUTOR: Jennifer Abassi. 23 de junio de 2015. FUENTE: DiscoverMagazine.com TRADUCCIÓN: jna.