El mito nutricional de que las grasas saturadas son malas para la salud continúa desmoronándose,
ya que cada vez hay más libros nuevos y estudios científicos sobre este tema atacando a los medios de comunicación.
El último trabajo que desafía el viejo dogma es un libro llamado «The Big Fat Surprise» por la periodista Nina Teicholz.
Su libro viene de la mano con una nueva investigación que siembra dudas sobre
la creencia largamente sostenida, pero falsa, de que las enfermedades cardíacas están relacionadas con el consumo de grasas y colesterol.
Teicholz señala las falsedades en el estudio original de Ancel Keys, cómo las grasas saturadas han sido un alimento básico saludable durante miles de años y cómo la moda de alimentos bajos en grasa ha dado como resultado el consumo excesivo de carbohidratos refinados, que a su vez ha dado como resultado un aumento de la inflamación y las enfermedades.1
Teicholz le dijo a Wall Street Journal:2
Jamás ha existido evidencia sólida para la idea de que estas grasas [saturadas] causen enfermedades.
Sólo lo creemos porque durante el último medio siglo las políticas de nutrición han sido influenciadas por una mezcla de ambición personal, mala ciencia, políticas y sesgos.»
¿Estaremos Viendo la Caída del Mito del Colesterol en Términos Científicos?
El mito del colesterol ha sufrido un triple golpe en los últimos tiempos, haciendo las cosas más y más difíciles para los especialistas del corazón y su intento por mantener el dogma de las grasas saturadas.
Esta información es la más reciente de una gran cantidad de literatura científica que acaba con la fobia por las grasas saturadas.
En 2012, los investigadores de la Universidad de Noruega de Ciencia y Tecnología, examinaron los hábitos de salud y de estilo de vida de más de 52,000 adultos de entre 20 y 74 años de edad y concluyeron que las mujeres con «colesterol alto» (mayor a 270 mg/dl) tuvieron un riesgo de mortalidad del 28 por ciento menor en comparación con las mujeres con «colesterol bajo» (menor a 183 mg/dl).
Los investigadores también encontraron que,
en el caso de las mujeres, el riesgo de enfermedades cardíacas, paro cardíaco y derrame cerebral, es mayor cuando se tiene bajos niveles de colesterol.3
En 2013, un destacado cardiólogo de Londres, Aseem Malhotra, argumentó para el British Medical Journal que
se debería ignorar la recomendación de reducir el consumo de grasas saturadas porque en realidad eso aumenta el riesgo de obesidad y enfermedades cardíacas.4
En marzo de 2014, un nuevo meta-análisis publicado en Annals of Internal Medicine, que utilizó información de casi 80 estudios y más de medio millón de personas, encontró que
las personas que consumen mayores cantidades de grasas saturadas tienen menos probabilidades de sufrir de enfermedades cardíacas que las personas que consumen menos.
Tampoco encontraron menos enfermedades cardíacas entre las personas que consumen mayores cantidades de grasas insaturadas, incluyendo al aceite de oliva y el aceite de maíz.5,6
La Grasa Ha Sido Culpada Injustamente por los Crímenes del Azúcar
¿Qué es lo que los periodistas y los científicos saben, y su médico no? Retrocediendo unos cuarenta años o más, la grasa ha sido culpada injustamente por causar enfermedades cardíacas, cuando el verdadero culpable de esto es el azúcar.
Una alimentación rica en azúcar aumenta su riesgo de enfermedades cardíacas promoviendo el síndrome metabólico,
un grupo de diversos problemas de salud relacionados con la
presión arterial alta, resistencia a la insulina y a la leptina, niveles elevados de triglicéridos, disfunción del hígado y acumulación de grasas visceral.
La resistencia a la insulina y la leptina es causada por factores inherentes en nuestro estilo de vida moderno, incluyendo una alimentación rica en carbohidratos procesados, azúcar/fructosa, harinas refinadas y aceites de semilla industriales.
Para empeorar las cosas, la persona promedio en Estados Unidos
no hace ejercicio de forma regular, sufre de estrés crónico y privación de sueño, está expuesto a toxinas ambientales y tiene una mala salud intestinal (disbiosis).
Esta es la tormenta perfecta para las enfermedades crónicas.
El Colesterol No Sólo Es Beneficioso para Su Cuerpo, Sino que Es Sumamente Importante
Cerca de 800,000 personas en Estados Unidos mueren a causa de las enfermedades cardíacas al año. Un cuarto de estas muertes podrían prevenirse por medio de cambios simples en el estilo de vida tales como mantener un peso saludable, hacer ejercicio y controlar los niveles de insulina y leptina.
Al reducir los niveles de colesterol, usted podría estar aumentando su riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Su cuerpo necesita del colesterol para realizar un gran número de funciones sumamente importantes y
existe evidencia convincente de que las personas tienen un mayor riesgo de ataques cardíacos cuando disminuyen demasiado sus niveles de colesterol, algo que se logra con los medicamentos como las estatinas.
El colesterol desempeña un papel sumamente importante en su cuerpo, ya que es el encargado de construir membranas celulares, interactuar con las proteínas que se encuentran dentro de las células y ayudar a regular las vías de las proteínas necesarias para la señalización celular.
Tener muy poco colesterol podría tener un impacto negativo en la salud cerebral, niveles hormonales, riesgo de enfermedades cardíacas y otras más.
Por lo tanto, es muy probable que la recomendación actual sobre los niveles de colesterol, esté causando más daños que beneficios.
La Verdad Sobre las Grasas Saturadas
Así como su cuerpo necesita del colesterol, también necesita de las grasas saturadas para un funcionamiento adecuado.
Una forma de entender esto es considerando los alimentos que los humanos consumieron durante su evolución.
Muchos expertos creen que
desde la Era Paleolítica, hemos evolucionado como cazadores-recolectores.
La nutrición Paleolítica afirma que hemos comido productos de origen animal durante la mayor parte de nuestra existencia en este planeta.
Sugerir sin más que las grasas saturadas son dañinas para nosotros no tiene sentido, especialmente desde una perspectiva evolutiva.
Tan reciente como en el 2010, las recomendaciones actuales del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) establecen una reducción del consumo de grasas saturadas a tan sólo un 10 por ciento de su total de calorías o menos.
Esto es algo realmente
fuera de lugar y todo lo contrario a lo que la mayoría de las personas realmente necesitan para lograr tener una salud óptima.
Lo último en ciencia sugiere que
las grasas saludables (grasas saturadas e insaturadas provenientes de alimentos enteros de origen animal y vegetal) deberían representar del 50 al 85 por ciento de nuestro consumo de energía en general.
Las Grasas Saturadas Ofrecen un Gran Número de Importantes Beneficios para la Salud
Se incluyen los siguientes:
-Ofrecen bloques de construcción para las membranas celulares, hormonas y sustancias parecidas a las hormonas.
-Absorción de minerales, como el calcio.
-Portadoras de importantes vitaminas solubles en grasa como las vitaminas A, D, E y K.
-Convierten los carotenos en vitamina A.
-Ayudan a reducir los niveles de colesterol (ácido esteárico y palmítico).
-Actúan como agentes antivirales (ácido caprílico).
-Combustible cerebral óptimo.
-Producen saciedad.
-Modulan la regulación genética y ayudan a prevenir el cáncer (ácido butírico).
Siete Tipos de Análisis que Sirven para Evaluar el Riesgo Cardíaco
Los mejores indicadores del riesgo de enfermedades cardíacas se encuentran enlistados en la siguiente tabla. Tenga cuidado porque también se ha encontrado que estos mismos indicadores son bastante precisos en la predicción de su riesgo de demencia.
1. Proporción entre el HDL/colesterol total: El porcentaje de HDL es un factor de riesgo muy importante de las enfermedades cardíacas. Tan sólo divida su nivel de HDL entre su colesterol total. El porcentaje idealmente debería estar por encima de 24 por ciento. Por debajo de 10 por ciento, es un indicador significativo del riesgo de enfermedades cardíacas.
2. Proporción entre los triglicéridos/HDL: Divida su nivel de triglicéridos entre su HDL. Idealmente, el resultado debería ser menor a 2.
3. Lipoperfil RMN: Posiblemente es el análisis más importante para evaluar el riesgo de enfermedades cardíacas, esta prueba determina su nivel de las pequeñas y dañinas partículas de LDL. Las pequeñas partículas de LDL se pueden atascar fácilmente, causar más inflamación y están relacionadas con la resistencia a la insulina y leptina. Este análisis no es fácil de ordenar, por lo que debe solicitárselo a su médico, ordenarlo usted mismo o por alguien más.
4. Niveles de insulina en ayunas: Un nivel normal de insulina en ayunas debe estar por debajo de 5, pero lo ideal es que se encuentre por debajo de 3. Si su nivel de insulina es mayor a 5, la forma más efectiva de optimizarlo es reduciendo o eliminando todas las formas de azúcar alimentaria, particularmente la fructosa.
5. Niveles de glucosa en la sangre en ayunas: Los estudios han demostrado que las personas con un nivel de glucosa en ayunas de 100-125 mg/dl tienen un riesgo tres veces mayor de enfermedad arterial coronaria en comparación con las personas con un nivel de glucosa en la sangre por debajo de 79 mg/dl.
6. Proporción entre la cintura y cadera: La grasa visceral, el tipo de grasa que se acumula alrededor de sus órganos internos, es un factor de riesgo bien conocido de las enfermedades cardíacas. La forma más sencilla de evaluar su riesgo aquí, es simplemente midiendo su proporción entre la cintura y cadera. (Para obtener más instrucciones, por favor échele un vistazo a este artículo.)
7. Nivel de hierro: El exceso de hierro puede ejercer un estrés oxidativo muy potente, así que si usted tiene exceso de hierro en la sangre, puede dañar sus vasos sanguíneos y aumentar su riesgo de enfermedades cardíacas. Lo ideal es que chequee su nivel sérico de ferritina y se asegure de que se encuentra por debajo de los 80 ng/ml. Las formas más sencillas de eliminar el exceso de hierro de la sangre son por medio de la donación.
¿Qué es lo que REALMENTE Constituye una Alimentación Saludable para el Corazón?
La siguiente tabla enumera mi versión de una «alimentación saludable para el corazón», que ayuda a reducir la inflamación, la resistencia a la insulina y ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
1. Limitar o eliminar todos los alimentos procesados.
2. Eliminar todo el gluten y los alimentos altamente alergénicos de su alimentación.
3. Comer alimentos orgánicos y, siempre que sea posible, evitar la exposición a sustancias químicas agrícolas dañinas, como el glifosato.
4. Evitar los ingredientes transgénicos (GM) que pueden causar un caos biológico a nivel celular y están relacionados con muchos problemas de salud, incluyendo la inflamación crónica y las enfermedades cardíacas.
5. Comer al menos un tercio de sus alimentos en su estado crudo o lo más crudo posible, evitar cocinar sus alimentos a altas temperaturas.
6. Aumentar la cantidad de vegetales frescos en su alimentación, de ser posible que sean orgánicos y cultivados localmente.
7. Comer alimentos fermentados de forma natural, que ayudan a optimizar las bacterias intestinales y a prevenir los superantígenos que causan inflamación de las bacterias patogénicas, así como ofrecer vitamina K2, vitaminas B y otros nutrientes valiosos.
8. Evitar todos los endulzantes artificiales.
9. Limitar el consumo de fructosa a menos de 25 gramos al día de todas las fuentes incluyendo las frutas enteras. Si usted padece de resistencia a la insulina, diabetes, hipertensión o enfermedades cardíacas, lo mejor será mantener el consumo de fructosa por debajo de los 15 gramos hasta que su resistencia a la insulina se haya normalizado.
10. Eliminar el consumo de todas las grasas trans (aceites vegetales, margarina, etc.) y reemplazarlo por grasas saludables como las del aguacate, mantequilla cruda, queso y aceite de coco; evítese consumir colesterol oxidado (el colesterol que ya está rancio, como el contenido en los huevos revueltos).
11. Requilibrar su proporción entre las grasas omega-3 y omega-6, consumiendo un suplemento de alta calidad y de origen animal, como el aceite de krill y reducir el consumo de grasas omega-6 procesadas de aceites vegetales.
12. Tomar agua purificada todos los días.
Otros Cinco Consejos para Conservar un Corazón Sano
Además del plan para lograr tener un corazón sano del que acabamos de hablar en la tabla de arriba, existen muchas otras estrategias que pueden ayudarlo profundamente a reducir la inflamación crónica y por lo tanto reducir el riesgo cardiovascular:
-Ejercicio: Uno de los principales beneficios del ejercicio es que ayuda a normalizar y mantener niveles saludables de insulina y leptina. El ejercicio también aumenta el HDL, la producción de la hormona del crecimiento humano, ayuda a reducir el apetito y mejora el estado de ánimo y el sueño.
-Ayuno intermitente: El ayuno es una excelente forma de «reprogramar» su metabolismo para que aprenda nuevamente a quemar la grasa como su combustible principal, lo que ayuda a eliminar el exceso de grasa visceral. El ayuno intermitente tiene una tasa de retención y cumplimiento más alta en comparación con los regímenes de ayuno convencionales. Otra versión es el ayuno en días alternos.
-Entrar en contacto con la Tierra: Cuanto usted camina descalzo, los electrones libres son transferidos de la tierra a su cuerpo y los electrones son algunos de los antioxidantes más poderosos que existen. Grounding o entrar en contacto con la tierra ayuda a aliviar la inflamación, así como a adelgazar la sangre y hacer que los glóbulos rojos se repelen los unos a los otros, haciéndolos menos propensos a la coagulación.
-EVITE los medicamentos de estatinas: Los medicamentos de estatinas pueden reducir el colesterol a niveles peligrosamente bajos, mientras que no logran modular el tamaño de las partículas de LDL. Los medicamentos de estatinas incluso podrían acelerar las enfermedades cardíacas. Un estudio realizado en el 2012 demostró que
el uso de estatinas está relacionado con un prevalencia del 52 por ciento mayor de placa coronaria calcificada en comparación con las personas que no las toman.7
La calcificación de la arteria coronaria es uno de los sellos distintivos de las enfermedades cardíacas potencialmente letales.
Los antidepresivos también han sido relacionados con las enfermedades cardíacas.
-EVITE las sustancias químicas siempre que le sea posible: El BPA, por ejemplo, ha sido relacionado con las enfermedades cardíacas, los adultos con los niveles más altos de BPA en la orina tienen el doble de probabilidad de desarrollar la enfermedad de la arteria coronaria que las personas con los niveles más bajos.
AUTOR: Dr. Mercola. FUENTE Y REFERENCIAS: articulos.mercola.com