RESUMEN
Antecedentes
Está aumentando rápidamente la evidencia científica sobre la contribución de los disruptores endocrinos a las enfermedades y discapacidades. El objetivo de los autores fue cuantificar un conjunto de efectos sobre la salud que podían ser atribuibles a la exposición a disruptores endocrinos en la Unión Europea y darles un coste económico.
Método
Un grupo de expertos adaptó la evidencia existente sobre causalidad entre disruptores endocrinos y enfermedades listadas en el Intergovermental Panel on Climate Change, utilizando la metodología GRADE y las definiciones de la Danish Environmental Protection Agency. Las decisiones sobre la robustez de los datos se tomaron por consenso mediante método Delphi. La estimación de costes se realizó utilizando el método del capital humano, usando costes publicados en la literatura y aplicando simulaciones de Monte Carlo en los análisis de sensibilidad.
Resultados
El grupo de expertos alcanzó un consenso sobre la relación causal probable (mayor del 20%) entre los disruptores endocrinos y la pérdida de coeficiente intelectual y la discapacidad intelectual asociada, el autismo, trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), obesidad infantil y en adultos, diabetes, criptorquidia e infertilidad masculina.
La estimación de costes alcanzó un valor de 157.000 millones de euros en el caso base, con un valor mínimo de 119.000 millones.
Conclusiones
La exposición a disruptores endocrinos en la Unión Europea contribuye de manera substancial a las enfermedades y discapacidades, con costes de cientos de billones al año. Estas estimaciones se refieren sólo a aquellos disruptores endocrinos con mayor probabilidad de causalidad; un análisis más amplio produciría una estimación muy superior de carga de la enfermedad y costes.
Financiación: Ninguna
Conflicto de intereses: Ninguno
Correspondencia: leonardo.trasande@nyumc.org GESTIÓN
COMENTARIO
Este es el primero de tres trabajos (1, 2), que estiman el coste de la exposición a disruptores endocrinos en la Unión Europea utilizando una metodología común. Mientras éste es el más general, los otros dos se centran en obesidad y diabetes y en los déficits neuroconductuales.
La principal conclusión del conjunto es que existe una probabilidad muy alta de que las consecuencias de la exposición a disruptores endocrinos tengan un alto coste en la Unión Europea. La cifra de 157 millardos de euros debería de ser un motivo para que se pusieran en marcha regulaciones para limitar estos químicos y se protegiera la salud de las personas.
Ejemplos previos parecidos a éste los podemos encontrar en los estudios que se publicaron en los años 2000 sobre los beneficios de eliminar la pintura con plomo que se usaba en los Estados Unidos, y en los estudios sobre los beneficios asociados a la reducción de la exposición prenatal al mercurio, que fueron la base para la Minamata Convention on Mercury.
Es posible, además, que estos costes sean mayores en los países en vías de desarrollo, donde la regulación de estos químicos es menor que en Europa. También mayores si se incluyen en el análisis aquellos disruptores endocrinos con una probabilidad de causalidad no tan alta.
Desde el punto de vista metodológico, la principal crítica que puede hacerse es la limitada descripción que se hace de los costes que se aplican a cada concepto, enfermedad, tratamiento, etc. Simplemente, se envía al lector a un anexo y a unas pocas referencias bibliográficas. En comparación, se dedica casi toda la metodología a explicar cómo se llegó al consenso sobre la causalidad de los diferentes químicos en las enfermedades estudiadas. Si bien este último punto es importante, también lo es la estimación de costes, aun siendo la revista (J Clin Endocrinol Metab) biomédica.
La primera consecuencia que ha tenido el artículo fuera del ámbito científico es que Ségolène Royal, ministra francesa de ecología, desarrollo sostenible y energía, ha anunciado que emprenderá acciones al más alto nivel para que la Comisión Europea adopte medidas para proteger de manera efectiva la población europea (3).
De hecho, Francia está a la cabeza en la protección de su población con relación a este asunto. Esperemos que esta no sea la única reacción que el trabajo provoque.
REFERENCIAS: (1) Legler J, Fletcher T, Govarts E, Porta M, Blumberg B, Heindel JJ, Trasande L. Obesity, diabetes, and associated costs of exposure to endocrine-disrupting chemicals in the European union. J Clin Endocrinol Metab. 2015;100(4):1278-88. doi: 10.1210/ jc.2014-4326. Epub 2015 Mar 5..
(2) Bellanger M, Demeneix B, Grandjean P, Zoeller RT, Trasande L. Neurobehavioral deficits, diseases, and associated costs of exposure to endocrine-disrupting chemicals in the European union. J Clin Endocrinol Metab. 2015;100(4):1256-66. doi: 10.1210/jc.2014-4323. Epub 2015 Mar 5..
(3) http://www.developpement-durable.gouv.fr/IMG/pdf/2015-03-06_Lutte_contre_ perturbateurs_ endocriniens.pdfí
FUENTE: La Biblioteca Cochrane Plus. AUTORA: Anna García-Altés Fundación Instituto de Investigación en Servicios de Salud. Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya.