Meses después de que especialistas europeos desaconsejaran seguir utilizando mascarillas en el interior de los aviones, la mayor parte de los estados miembros de la Unión Europea han puesto punto final a su uso, salvo algunos como Alemania y España, en donde realizar un vuelo comercial está sujeto a la obligatoriedad de la mascarilla, extendiéndose, además, al interior de metro, tren, autobús y demás medios de transporte.
Pero a partir del 1 de octubre posiblemente seamos de los únicos países de Europa que aun mantenga la obligación de utilizar mascarilla en el interior de un avión, ya que Alemania nos abandona y libera a los pasajeros de su uso.
En entrevista para Aviaciondigital, Jesús Nava Antuña, licenciado y especialista en Medicina Generalista y Aeronáutica, profesor de Medicina y Psicología Aeronáutica, y médico examinador aéreo reconocido por la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea), Dña. Ma. Eugenia Fernandes Montilla, Ingeniera técnica Aeronáutica y especialista en seguridad aérea y factor humano en aviación, además de auditora autenticada para el sector aeroespacial, e Ivan Torregrosa, director de Formación, instructor, orientador laboral en Centro de Estudios Aeronáuticos CEAE, e Instructor TCP, han hecho una reflexión sobre la ineficacia de las mascarillas a la hora de prevenir contagios, basándose en el debate abierto existente sobre el riesgo/beneficio del uso de las mismas y el ESTUDIO FISIOLÓGICO SOBRE EFECTOS DEL USO CONTINUADO DE LA MASCARILLA EN HUMANOS ENTRE 4 Y 80 AÑOS, realizado por DOMO ACCIÓN GALICIA.
Esta medida que sigue estando vigente en España, y que según el Gobierno responde a que “no hay una propuesta de los expertos que indique la pertinencia de retirar el uso de las mismas por el momento”, resulta paradójicamente absurda, puesto que al no ser obligatorio su uso en lugares públicos como terminales, en los que no se cuida la distancia personal, y en donde las medidas de protección se han relajado a causa de la evolución favorable de la situación epidemiológica actual, no se entiende que siga siendo obligatorio por ley, su uso en el interior de los aviones.
Es por ello, que distintas aerolíneas, colectivos e instituciones, piden que se suprima dicha obligación del uso de mascarilla en el transporte público, como ya se han hecho en el resto de países de la Unión Europea, puesto que se opone a la obtención de esa “normalidad” que todos deseamos.
Por este motivo, un grupo de TCPs, todos ellos trabajadores de Iberia, ha escrito una carta para poner en conocimiento la peligrosidad que supone del uso de las mascarillas tipo FFP2 para ellos, y las implicaciones para la salud y para la seguridad operacional que es el mantener su uso, y también el de mascarillas en general, por parte de los pasajeros.
“Nos vemos en la obligación de informar a esta compañía de los graves riesgos a los que nos estamos exponiendo por usar mascarillas a bordo sin haberse realizado la evaluación preceptiva de su compatibilidad con nuestras funciones, o de su incidencia en caso de incidente o emergencia a bordo” han manifestado, especialmente cuando cada día son más, las evidencias científicas de su inutilidad para prevenir contagios y de su peligrosidad para la salud, las que desaconsejan el uso indiscriminado por parte de la población en general: “Mucho menos deberían usarse a bordo de un avión donde el organismo humano está sometido a condiciones especialmente adversas: altitud de cabina con menor presión parcial de oxígeno, radiaciones cósmicas y electromagnéticas, aire tóxico, ruido, espacios reducidos, hacinamiento y alteraciones del ritmo circadiano”, sin olvidar, los impedimentos que suponen a la hora de comunicarse con el resto del pasaje, siendo el factor humano un elemento tan crucial en la seguridad aérea, como se ha podido comprobar en los largos años de análisis de incidentes y accidentes de aviación.
Impactos más relevantes del uso de las mascarillas
El impacto en la salud física y psicológica y las implicaciones que tiene para la seguridad aérea el uso de mascarilla, queda manifiesto por diversas razones.
Hipoxia e hipercapnia
Una de las primeras conclusiones es que el uso de mascarillas produce hipoxia e hipercapnia en cuestión de segundos: baja el oxígeno y sube el dióxido de carbono en sangre. Lo primero que se nota es la hipoxia cerebral, que unida a la hipercapnia provocará dolores de cabeza, somnolencia, sensación de mareo, desorientación y cansancio, disminuyendo considerablemente el rendimiento y la alerta mental.
Esta hipoxia constituye el riesgo más claro para la seguridad operacional: disminuye el nivel de alerta para enfrentar cualquier tipo de emergencia a bordo, pero sobre todo disminuye el Tiempo Útil de Conciencia en caso de despresurización. Es decir, se está poniendo en riesgo la vida de los TCPs y con ello la de los tripulantes técnicos y pasajeros en caso de una despresurización u otro tipo de emergencia.
Infecciones respiratorias
Otra conclusión es que las mascarillas no sólo no protegen contra las infecciones respiratorias, sino que las favorecen, a través de la reinhalación de los desechos respiratorios junto con la proliferación de bacterias y hongos en el tejido humedecido y calentado por el aliento y en contacto con la piel.
Inhalación de componentes de las mascarillas
Se ha demostrado la presencia de “microplásticos» en los tejidos profundos del pulmón, la mayoría derivados de los materiales utilizados en la fabricación de las mascarillas, y es lógico pensar que provengan de estas, ya que tras unas horas de uso empiezan a deshacerse visiblemente en microfibras, y cuya resistencia a la respiración obliga a inspiraciones forzadas del insuficiente aire viciado que se encuentra entre la mascarilla y el rostro.
Dermatitis y otras lesiones cutáneas
Otra consecuencia derivada del uso de las mascarillas es el daño provocado en la epidermis por el roce y las reacciones alérgicas a sus materiales sintéticos, que pueden dar lugar a la aparición de acné, prurito, picores y hasta heridas.
Infecciones bucales
Las mascarillas aumentan la temperatura y humedad en la boca favoreciendo el crecimiento de hongos y bacterias. Los dentistas están constatando un aumento significativo de candidiasis bucal, periodontitis y gingivitis y caries por esta causa, especialmente porque la salud de la boca está estrechamente relacionada con la salud de todo el organismo.
Salud psicológica
Además, hay que añadir el Impedimento que las mascarillas suponen a la comunicación y la identificación de personas lo que representa un riesgo para la operación aérea, tanto en caso de emergencia a bordo donde la comunicación e identificación rápidas son cruciales, como en la operación normal, en la que ocasionan tal malestar que crean el caldo de cultivo para malentendidos y enfrentamientos que podrían acabar en incidentes para la seguridad aérea.
Otros impactos psicológicos
No se puedo obviar, que las mascarillas incrementan la percepción de estar en riesgo, el miedo al contacto humano y el estrés, y disminuyen también la empatía y la autoestima. Es decir, impiden la normal y saludable relación entre los seres humanos, el factor humano que tan importante es en la seguridad aérea.
Para los TCPs, el uso de las mascarillas FFP2 que les impone la compañía, agravan además todos esos impactos, al ofrecer la máxima resistencia a la respiración y provocar una hipoxia todavía mayor que el resto de las mascarillas:
”Nuestros compañeros se quejan constantemente de dolores de cabeza, mareos, cansancio, y problemas de comunicación entre nosotros y con los pasajeros. Por desgracia, es sólo cuestión de tiempo que las mascarillas contribuyan a o provoquen directamente algún incidente grave de seguridad en vuelo” aseguran, y concluyen por tanto que “el empeoramiento generalizado de la salud por todas estas causas afecta a nuestro rendimiento y contribuye a los incidentes de salud que estamos experimentando a bordo”.
El hecho de ser conscientes de la compleja situación a la que se enfrentan, les ha llevado a no seguir aceptando el uso de mascarillas en los aviones, ya que las implicaciones para su salud y la seguridad operacional “son demasiado graves”.
Son muy pocos países que mantienen la obligatoriedad de las mascarillas en el transporte público, otro motivo que ocasiona cada vez más problemas a los TCPs, ya que, “al llegar los pasajeros sin mascarilla al avión, no entienden que sigamos con esta norma desfasada y perjudicial”.
Por todas las razones expuestas, este grupo de TCPs ha solicitado la suspensión inmediata de la obligatoriedad del uso de la mascarilla FFP2 por el personal de vuelo, permitiendo el uso de otros tipos de mascarillas menos lesivos mientras perdure la obligación legal, además de la realización de un estudio de riesgos laborales que contemple la incidencia, que para la salud y seguridad del personal de vuelo conlleva el uso de mascarillas en general, y FFP2 en particular, así como la compatibilidad de su uso con la normativa nacional e internacional de seguridad aérea.
FUENTE: Aviacióndigital.com. 1 de octubre de 2022.