La industria de la aviación se enfrentará a unas décadas difíciles. La subida en el coste de los combustibles y la adopción de políticas contra el cambio climático obligarán a las aerolíneas a cambiar.
Y lo tendrán mucho más difícil que los fabricantes de coches. Mientras las baterías eléctricas parecen ser ya las claras sucesoras de los motores de combustión en el sector automovilístico, no podemos decir lo mismo de los aviones.
Debido al elevado peso y la baja eficiencia de las baterías actuales, aún falta mucho hasta que podamos viajar en un avión eléctrico en largas distancias. Por lo tanto, la única alternativa para que el sector sobreviva está en mejorar la eficiencia de los motores actuales.
El avión del futuro de Airbus
Eso no solo implica desarrollar nuevos motores, más grandes y que consuman menos; también diseñar aviones más aerodinámicos y sean capaces de mantenerse más tiempo en el aire con la misma cantidad de combustible.
Eso puede obligar a los fabricantes a optar por diseños más extremos, abandonando la idea tradicional del «tubo con alas». El MAVERIC, presentado por Airbus, es un buen ejemplo de cómo podrían ser los aviones del futuro.
El cambio más evidente está en su forma triangular, que permite que todo el avión sea un ala; los ingenieros lo llaman «cuerpo de ala mezclado», en el sentido de que las alas y el fuselaje del avión no están delimitados y forman una sola parte. Gracias a esto, la superficie aumenta, y con ella la sustentación; no solo eso, sino que se reduce el «drag», la resistencia al aire.
20% más eficiente
Todos estos cambios se traducen en una reducción del 20% del consumo de combustible. Los motores se instalan en los estabilizadores traseros, lo que tiene la ventaja de que no están tan cerca del suelo cuando el avión circula por pista, y por lo tanto, corren menos peligro de atrapar piedras, arena, o escombros.
En lo que respecta al interior, se gana espacio en horizontal pero se pierde en vertical; eso obligará a cambiar la manera en la que se disponen los asientos y la carga. Sin embargo, la mayor diferencia es que no tendría ventanas, debido a la forma del fuselaje; por eso, Airbus ya ha planteado el uso de pantallas que hagan las veces de ventana, mostrando información del vuelo.
Esta no es la primera vez que vemos un diseño semejante, y de hecho la idea de que todo el avión sea un ala no es precisamente nueva, datando de hace ya casi un siglo. Pero es ahora, con la necesidad de aparatos más eficientes, que está ganando fuerza.
Este modelo ya ha volado, y durante este 2020 Airbus continuará las pruebas.
AUTOR: Adrián Raya. FUENTE: El español – Omicrono. 12 de febrero de 2020.