Las vacunas, ¿son un «milagro» contra las enfermedades y una «inversión fantástica», como afirma Bill Gates, o un desastre para la salud infantil que puede arruinar el banco?
A Bill Gates le gusta usar su púlpito intimidatorio para hablar de «milagros» y «magia».
Gates ha presentado una o ambas palabras en casi todas sus cartas anuales de recapitulación para la Fundación Bill y Melinda Gates (2009, 2010, 2011, 2012, 2014, 2016 y 2017), la mayoría de las veces en referencia al enorme apoyo financiero e ideológico de la Fundación Gates para los programas mundiales de vacunación.
Como dice Gates, «de la misma manera que, durante mi carrera en Microsoft, hablé sobre la magia del software, ahora me paso el tiempo hablando de la magia de las vacunas«.
Las palabras de Gates nos dan una pista inmediata de que él está aprobando su peculiar tipo de pensamiento mágico, el que los científicos sociales definen como «razonamiento causal ilógico«.
¿Cómo explicar su apoyo simplista a las vacunas como una intervención milagrosa con beneficios sin paliativos y sin inconvenientes?
La hoja de cálculo global de la Fundación Gates parece no tener espacio para contabilizar la inundación masiva de lesiones por vacunas que afectan a los niños en todo el mundo,
a despecho de la abundante evidencia de que
este daño está colocando la relación riesgo-beneficio de la vacuna en sus cabezas y convirtiendo a la infancia en un un juego extendido de la ruleta rusa.
LA MORTALIDAD POR ENFERMEDADES INFECCIOSAS SE REDUJO MUCHO ANTES DE LA INTRODUCCIÓN DE LAS VACUNAS
En una publicación del blog ampliamente citada de 2014 sobre «el milagro de las vacunas«, Gates expresó su entusiasmo acerca de los datos «inspiradores» sobre las vacunas y el progreso «fantástico» y «fenomenal» que se hizo para expandir la cobertura de las vacunas.
Hay un problema importante con la confianza de Gates en los «datos», y es que el filántropo ignora los hechos históricos fundamentales que rigen las enfermedades infecciosas y los plazos de las vacunas.
Los datos estadísticos revelan que
en los Estados Unidos y en otros lugares, las muertes por enfermedades como la escarlatina, en ausencia de cualquier vacuna, se habían vuelto bastante raras a mediados del siglo XX.
La mortalidad por enfermedades infecciosas como el sarampión y la tos ferina también disminuyó rápidamente, mucho antes de la introducción de las vacunas correspondientes (ver Figura 1).
Una revisión meticulosa de los datos de mortalidad de EEUU, de 1900 a 1973, concluyó:
Las medidas médicas [como las vacunas] contribuyeron poco a la disminución general de la mortalidad en los Estados Unidos desde aproximadamente 1900, habiéndose introducido en muchos casos varias décadas después de que ya se había producido un marcado declive”.
Los mismos investigadores, en otro artículo,
criticaron a la comunidad médica por su confianza errónea en las «balas mágicas» (¡de nuevo esa palabra: «¡magia»!).
En cambio, si la disminución de la incidencia de enfermedades infecciosas y la mortalidad en el último siglo representó cualquier tipo de «milagro»,
el fenómeno fue, según todos los relatos honestos, atribuible a las clásicas y a largo plazo medidas de salud pública, así como a un mejor saneamiento y, especialmente, a una mejor nutrición.
Un estudio de las tendencias de mortalidad del siglo XX
en Italia encontró una asociación significativa entre el aumento de la ingesta calórica y la disminución de la mortalidad,
reflejando el «progreso en el estado nutricional promedio, la calidad de vida, el nivel socioeconómico y las condiciones higiénicas».
Por otra parte, la mortalidad cayó más bruscamente en los grupos de edad más jóvenes de Italia, que fueron «probablemente los más sensibles a los cambios en la nutrición y el bienestar».
Incluso los epidemiólogos de principios del siglo XX que estaban dispuestos a dar crédito a las vacunas
reconocieron que otros factores estaban en juego, incluidos los cambios en la «resistencia humana y el tipo de bacterias», así como factores que aún no se han determinado.
Figura 1. Tasa de mortalidad en EEUU, 1900-1963.
FUENTE: Datos obtenidos de la Oficina Nacional de Estadísticas
¡OH MILAGRO, ¿DÓNDE ESTÁS?
Incluso si se dejan atrás las estadísticas vitales del siglo XX, hay una contundente evidencia que desmiente las falsas afirmaciones de Bill Gates sobre los milagros de la vacuna:
las vacunas en realidad no están haciendo ni manteniendo sanos a los niños.
En cambio, en los EE. UU. (donde los niños son los más altamente vacunados del mundo),
más de la mitad de los jóvenes padece alguna enfermedad crónica, tendencia que coincide con la expansión del calendario de vacunación del país.
Patrones similares de
enfermedades crónicas están surgiendo en todo el mundo, incluidas las afecciones potencialmente mortales, como las alergias alimentarias y el asma.
World Mercury Project, en su Campaña para Restaurar la Salud Infantil, ha estado documentando los relatos de primera mano de los padres sobre los resultados adversos graves experimentados por sus hijos después de la vacunación. Estos testimonios, que representan la punta del iceberg, cubren una lista de desórdenes que eran raros o incluso desconocidos hace algunas décadas:
-El trece por ciento de los niños de EE. UU. están en educación especial.
-Uno de cada seis niños estadounidenses tiene un trastorno del desarrollo como el trastorno del espectro autista (TEA).
-El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) afecta a casi el 11% de los niños estadounidenses.
-Uno de cada 20 niños menores de cinco años tiene epilepsia.
-Las alergias al cacahuete son la causa más común de muerte relacionada con los alimentos.
-Las mujeres que reciben vacunas contra la gripe y la TDP durante el embarazo tienen un mayor riesgo de abortos involuntarios y otros problemas.
-Los trastornos neuropsiquiátricos autoinmunes pediátricos asociados con infecciones estreptocócicas u otras (PANDAS o PANS) pueden afectar hasta 1 de cada 200 niños en los EE. UU., incluyendo hasta un 25% de los niños diagnosticados con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y trastornos de tics.
-El trastorno del procesamiento sensorial (SPD) a menudo ocurre junto con el TDAH y el TEA.
-En los EE. UU., la tasa de mortalidad infantil, incluido el síndrome de muerte súbita del lactante (MSL), es el doble de la tasa en muchos otros países de altos ingresos.
-En África, un estudio comparativo en Guinea-Bissau encontró que la mortalidad infantil era al menos el doble (10% -11%) en los niños que recibieron las vacunas contra la difteria-tétanos-tos ferina (DTP) y la vacuna contra la poliomielitis que en los niños que no recibieron las vacunas (4%-5%).
¿A QUIÉN BENEFICIA LA EXPANSIÓN DE LA VACUNACIÓN MASIVA?
Un informe alemán reciente sobre filantropía global observa que
la filantropía moderna tiene sus raíces, ante todo, en el deseo egoísta de los magnates empresariales de proteger el ingreso de sus impuestos mientras «acumulan prestigio e influencia en los Estados Unidos y en los asuntos mundiales».
Los autores del informe señalan que
las grandes fundaciones, como la Fundación Bill y Melinda Gates, ejercen influencia no solo a través de sus «enormes recursos», sino también «al configurar conceptos y políticas de desarrollo».
La Fundación Gates (fundada en 2000 con una dotación inicial de 42.9 billones de $ y ampliada con 30 billones de $ adicionales de Warren Buffet en 2006)
se ha convertido en el líder mundial en salud y el mayor donante no estatal de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Como resultado del «tremendo poder para determinar la agenda» de la Fundación Gates, la comunidad de salud mundial designó 2010-2020 como la Década de las Vacunas; desarrolló un Plan de Acción Global de Vacunas; y creó la Alianza Global público-privada para Vacunas e Inmunización (Alianza GAVI), que recibe casi una cuarta parte de sus fondos de la Fundación Gates.
Si bien Gates ha hablado con entusiasmo de que las vacunas son una inversión fantástica,
la industria de las vacunas, de hecho, es un beneficiario principal de la generosidad de la Fundación Gates.
Según los analistas alemanes, por ejemplo, el apoyo de la Fundación Gates a la Alianza GAVI ha incentivado a los fabricantes a aumentar la producción de vacunas específicas. Estos incentivos han resultado en pagos de más de mil millones de $ a Pfizer y GlaxoSmithKline (GSK).
Algunos reporteros han descrito este acuerdo como «una ventaja para las compañías farmacéuticas que buscan expandirse a países de más rápido crecimiento y bajos ingresos».
Sin embargo, como señala el informe alemán, la organización no gubernamental Médicos sin Fronteras (MSF) ha cuestionado el impacto general de la Alianza GAVI sobre la asequibilidad de la vacuna, afirmando que «el costo de inmunizar completamente a un niño era 68 veces más caro en 2014 de lo que era en 2001.»
Los analistas alemanes y otros han esbozado las características clave de
la estrecha asociación de la Fundación Gates con la industria farmacéutica, incluida la puerta giratoria entre el personal de la Fundación y compañías farmacéuticas como Merck y GSK;
el enfoque preponderante de los mayores premios globales de salud de la Fundación (20/50 o 40%) en investigación y desarrollo de nuevas vacunas y medicamentos; y la participación de capital de la Fundación de 52 millones de $ en CureVac (una compañía farmacéutica alemana) para acelerar el desarrollo de vacunas de ARNm.
La Fundación Gates también ha aumentado su apoyo directo a la industria de la biotecnología, que es de gran importancia para la industria de las vacunas
debido al uso cada vez mayor de la biotecnología en la fabricación de vacunas modernas.
Artículos recientes han señalado, además, que
la Fundación Gates rutinariamente paga a las empresas de relaciones públicas para que manipulen la toma de decisiones científicas a favor de las arriesgadas tecnologías de ingeniería genética que la Fundación apoya.
Lo que estas observaciones ponen de manifiesto es que
la filantropía de vacunas de Bill Gates representa un «milagro», pero los beneficiarios del milagro son las corporaciones y los accionistas que se van riendo a carcajadas camino del banco,
y no desde luego los niños y adultos de todo el mundo que cargan con la peor parte de la inseguridad de las vacunas.
El Dr. Arata Kochi, ex director de investigación de la malaria de la OMS, decidió en 2008 llamar a las cosas por su nombre,
al describir la Fundación Gates como un cártel que suprime la diversidad de opiniones científicas y que «no rinde cuentas a nadie más que a sí misma».
AUTOR: Robert F. Kennedy, Jr. es un presentador de radio estadounidense, activista ambiental, autor y abogado especializado en derecho ambiental. FUENTE: Worldmercuryproject.org, 3 de enero de 2018. TRADUCCIÓN: jna.