El Dr. Nava Antuña, licenciado en Medicina por la Universidad de Santiago de Compostela, y nutriólogo, asegura, en una entrevista con Efe, que
la gente cree que come bien porque sigue las pautas que le están indicando las autoridades, pero no es así, porque esas pautas son erróneas y obsoletas».
LA GENTE NO COME BIEN PORQUE SIGUE LOS CONSEJOS NUTRICIONALES DE LOS EXPERTOS, QUE SON ERRÓNEOS
Jesús Nava Antuña (Langreo, Asturias, 1954), que también es especialista en medicina aeronáutica, asevera que la población occidental «come relativamente bien», pero sólo según las recomendaciones oficiales; por lo que insiste:
El problema es que los mensajes sobre nutrición que se han dado en Occidente durante los últimos cuarenta o cincuenta años son erróneos».
Estamos viendo que,
como resultado de los consejos oficiales, tenemos una epidemia mundial de obesidad y diabetes. El cáncer sigue disparado y los infartos no disminuyen. Por lo tanto, los consejos sobre alimentación no han funcionado.
En realidad, pues,
se come mal, porque se siguen pautas erróneas y obsoletas», advierte.
El hecho de que más de un sesenta por ciento de las calorías que consumimos a diario con la alimentación proceda sobre todo de
la harina de trigo refinada y otros productos no integrales «de mala calidad», como el azúcar, está provocando que «tres de cada cuatro adultos occidentales sean diabéticos o prediabéticos», abunda.
EL DIAGNÓSTICO PRECOZ Y LA PREVENCIÓN DE LAS ENFERMEDADES QUE DEPENDEN DE LA ALIMENTACIÓN ESTÁN FALLANDO
«El diagnóstico precoz está fallando. Muchas personas están, durante treinta o cuarenta años, desarrollando una prediabetes; y ya tenemos obesidad en niños y jóvenes. Es muy preocupante», continúa.
La base de la pirámide nutricional debería constar de «verduras –a las que define como ‘campeonas’ por su alta densidad de nutrientes con pocas calorías-, junto con hortalizas, frutas, legumbres, semillas y frutos secos;
complementadas con pescado, carne y huevos, además de lácteos, aunque éstos pueden ser algo conflictivos».
No hay que prescindir totalmente de los cereales (al menos, de los ancestrales o seudocereales: sarraceno, quinoa, amaranto y mijo),
pero entre el refinado y la forma de cultivo intensivo, dan muchos problemas. Ahora incluso nos dicen que el arroz viene contaminado con arsénico. Todos esos productos, cuanto más integrales, más completos, pero también tienen más pesticidas.
Lo ideal, por lo tanto, sería consumir alimentos integrales y ecológicos, pero son difíciles de encontrar y suelen ser muy caros»,
lamenta.
«El pan y la pasta -continúa- no interesan porque contienen almidón, que al ser digerido se convierte en glucosa, y no llevan vitaminas ni minerales, porque están muy refinados.
El pan es un alimento barato, saciante, pero muy engañoso; porque sacia durante una hora y media y luego vuelves a tener hambre, por hipoglucemias reactivas, entrando así en un círculo vicioso que lleva a la diabetes»,
avisa.
El doctor Nava Antuña apuesta por tres comidas al día, como norma general, la última no más tarde de las ocho o nueve de la noche para «acostarse siempre con la digestión hecha».
TRES COMIDAS AL DÍA, SIN AZÚCAR NI HIDRATOS DE CARBONO DE MALA CALIDAD
Desde su punto de vista, es necesario cambiar los hábitos actuales y
hacer un desayuno «proteico, con grasas saludables y pocos carbohidratos», seguido por una comida «con proteínas y verduras, una buena ensalada y alguna fruta de postre -siempre que no produzca malas digestiones- como pera, manzana, piña o papaya»; y, finalmente, una cena «vegetariana» a base de verduras, ensaladas y legumbres.
«Normalmente lo hacemos al revés. Desayunamos carbohidratos y sufrimos un subidón de insulina por la mañana. Eso genera un ciclo que, a la larga, produce resistencia a la insulina y acaba en diabetes», asegura.
Lo que elimina por completo de la pirámide alimentaria es el azúcar, que ve totalmente innecesario y lo sitúa, además, como «el principal enemigo de la salud».
«El problema no es sólo con el azúcar añadido por el consumidor, sino el incluido en la comida procesada, pues casi todos los alimentos industriales lo llevan. Si a eso le sumas el exceso de harinas refinadas de la bollería, la pizza, la pasta y el pan, además de la patata y la cerveza, engordas inexorablemente y, lo que es más probable, te volverás diabético (incluso aunque, por constitución, continúes siendo delgado)», advierte.
En cuanto al colesterol, las advertencias están cambiando, pero «con quince o veinte años de retraso», asegura; y sostiene que «se ha demostrado que el colesterol total no tiene importancia, salvo que esté en unas cifras astronómicas que empiecen en la infancia por una cuestión genética».
Sin embargo, el colesterol
no es el culpable de los infartos en absoluto» y «no tiene ninguna relación directa con la obstrucción de las arterias coronarias«,
puesto que
las placas de ateroma se producen por una «inflamación crónica de las arterias», desatada por «el azúcar, el tabaco, el sobrepeso, el estrés y una alimentación tóxica»,
precisa.
LOS CUATRO PILARES DE LA SALUD
Sobre los suplementos opina que deberían usarse para cubrir los principales déficits que se observan actualmente, como son los de vitamina D; ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega 6 (excepto el araquidónico, que consumimos en exceso); vitaminas del grupo B, derrochadas en metabolizar el azúcar y la comida procesada; minerales como el magnesio o el potasio; y oligoelementos como el selenio, el cobre, el zinc, el cromo, el manganeso o el molibdeno.
Debemos aportar unos buenos suplementos para que las células funcionen bien. En realidad es en el nivel celular donde se gesta la enfermedad. Si las células funcionan mal, los órganos acabarán enfermando mucho antes de que se detecte en los análisis de sangre y las pruebas diagnósticas convencionales»,
señala.
El doctor Nava Antuña recomienda esforzarse en seguir los mejores consejos nutricionales actuales, que deben ir acompañados con ejercicio físico moderado, procurar evitar el estrés crónico y conseguir un descanso adecuado, los «cuatro pilares de la salud».
FUENTE: Agencia Efe, A Coruña. 19 de diciembre de 2017. ENTREVISTADOR: Miguel Álvarez.