María de la Salud Bernaldo Quirós, Pepa Colomer, África Llamas, Dolors Vives, Raimunda Elías… Nombres de mujeres españolas desconocidos para la gran mayoría aún más que las ‘internacionales’ Héléne Dutrieu, Ruth Elder, Amelia Earthart o Amy Johnson.
Todas aviadoras en un tiempo en el que casi todo le estaba vetado a la mujer.
Ellas y otras muchas son las protagonistas del XIII Ciclo de conferencias de verano de Sigüenza (Guadalajara) organizado por el Archivo Histórico Provincial y la Asociación de Amigos del centro, además del Ayuntamiento local. Dos conferencias, con entrada libre, el 18 y 19 de julio en el Centro Cultural El Torreón, a las 20 horas, podrán cara y “hazañas” a las pioneras de aviación en el pasado siglo XX en España y, sobre todo, fuera de ella.
La primera de todas en pilotar un avión en el mundo fue la francesa Raymonde de Laroche, en 1910.
Su historia, a grandes pinceladas, y las de otras mujeres protagonizarán estas charlas a iniciativa del seguntino Antonio López Negredo, miembro de la Asociación de Amigos del Museo del Aire.
“Hablaré de las mujeres que en las dos guerras mundiales y también en la guerra civil española se subieron a un avión, algunas para realizar labores de apoyo y otras para combatir. Aunque las rusas fueron las únicas que lo hicieron en la Segunda Guerra Mundial”.
Junto a ellas destaca el “gran papel” de mujeres inglesas o americanas que se dedicaron a transportar aviones averiados desde el frente a las fábricas para devolverlos de nuevo al combate, aunque una vez terminada la contienda “pasaron al anonimato mientras que a los hombres eran considerados veteranos y se les concedían ciertos beneficios”.
Las mujeres españolas se prodigaron menos en el mundo de la aviación. La primera aviadora española no llegaría hasta 1928.
La madrileña María Salud Bernaldo de Quirós lograría su título en la Escuela Nacional de Aeronáutica 17 años después de hacerlo en primer hombre.
“Su historia no pasó de ahí”, comenta Darío Pozo, pero “tuvo un efecto llamada porque todo lo que hacían salía mucho en la prensa».
El caso más conocido, pero fuera de España sería el de la americana Amelia Earthart. Era un mensaje constante: si yo puedo, vosotras también”.
Las décadas de los años 20 y los 30 del siglo XX tuvieron a los records como protagonistas. “Todavía se estaba demostrando hasta dónde podía llegar la aviación y si cambiaría el mundo para hacerlo más pequeño”, comenta Darío Pozo.
Eran mujeres absolutamente excepcionales, muy valientes, capaces no solo de entender la técnica sino el mundo en el que les tocaba vivir y cómo pasar por encima de las barreras sociales”.
Pozo cree que ni siquiera importaba su condición social.
En 1920, Bessie Coleman, de Chicago, lo tenía todo para no ser nada en la vida por ser mujer, pobre y negra. Pero consiguió ser aviadora e inspirar a otras personas.
O la inglesa Amy Johnson, la ‘secretaria voladora’ que trabajaba en un bufete de abogados y gastaba todos sus ahorros en clases de vuelo”.
Pero las mujeres se prodigaron poco en España en los hitos vinculados a la aviación, aunque hubo dos excepciones durante la guerra civil española.
Las catalanas, Pepa Colomer y Dolors Vives fueron llamadas a instruir a pilotos de la República.
“Ambas tenían mucha experiencia en vuelo”, comenta Amparo Donderis, y además “volaron aviones lanzando propaganda”. También realizaron vuelos de reconocimiento sobre el Mediterráneo, explica Darío Pozo.
Eran, dice la archivera, “mujeres atrevidas, que rompieron con los convencionalismos de la época”. Y sin embargo, una vez que acabó la contienda civil “nunca más pudieron volver a volar”.
Tras la guerra civil, la dictadura de Franco propició un vacío para la mujer aviadora y no fue hasta los años 60 cuando Bettina Kadner (de padres alemanes) se convirtió en la primera mujer en pilotar un avión comercial en nuestro país,
provocando no solo cambios sociales sino legislativos.
Casi seis décadas después, solo un 5% de los pilotos comerciales en España son mujeres.
“Las conferencias sirven no solo para reconocer lo que hicieron aquellas mujeres sino para contar que no está todo el camino hecho”, concluye Darío Pozo.
AUTORA: Carmen Bachiller. FUENTE: eldiario.es Publicado: 17 de julio de 2017.